Es impresionante ver como los niños y chavales del siglo XXI controlan cualquier funcionalidad o portal de la red, ya sea desde el portátil o desde un celular.
Más sorprendente es aún, si nos paramos a pensar, que ese portátil o ese móvil sean suyos propios a muy temprana edad. Multitud de chavales de entre 10 y 15 años ya cuentan con su primer laptop y smartphone. Ya no es una cuestión de ser más o menos "pijo", sino de no quedarse atrás, de formar parte de la era tecnológica en la que han nacido.
Recuerdo que yo no tuve mi primer ordenador hasta la época de la universidad, con 18-20 años, y que para utilizar Internet solía ir a un cibercafé o a algún aula específica de la facultad. Y, aunque esté hablando como una abuela, no soy tan vieja... ¡Solo tengo 33! Se supone que para muchos teóricos aún entro en el grupo de los nativos tecnológicos, pero sin duda yo me considero inmigrante y sin papeles -actualmente estoy en trámites de legalización gracias a este curso ;)-.
Los chic@s de hoy en día están familiarizados con los aparatos más actuales, hacen simple lo que para muchos adultos es tarea ardua y compleja. Estos ciberhábitos están tan interiorizados en su fuero que nos enseñan con toda la naturalidad del mundo a descargarnos nuevas aplicaciones, a interactuar en redes sociales en movimiento o utilizar efectos en nuestra cámara del teléfono inteligente que nuestro proveedor de telefonía acaba de regalarnos por puntos.
Personalmente a mí me deja boquiabierta como mi hija de 7 años coge el Iphone para jugar a juegos que ni siquiera sabíamos que existían o para buscar su canal favorito de la tele en Internet mientras los mayores vemos una película (para mayores). ¡Qué facilidad para mover los dedos y encontrar lo que desea en un abrir y cerrar de ojos! ¡Qué manera de mostrar a sus amiguit@s las fotos más divertidas de nuestras vacaciones! ¡Así da gusto!
Y es que en un futuro muy próximo los contenidos de este Máster y de muchos por el estilo serán la temática asidua de cualquier clase de informática de secundaria.
Se puede decir que lo bebés ya no vienen con pan, sino con un smartphone debajo del brazo.
Muy divertido tu post. Yo menos mal que no tengo aun un smartphone porque mi móvil no-inteligente lo coge mi hija pequeña, más bien me lo arrebata, y si me descuido un segundo cuando vuelvo a mirar lo ha estrellado contra el suelo. Será cuestión de espear aun unos años para ver si aprende fácilmente a manejarlo :-PP
ResponderEliminarSí, es sorprendente como los niños nacen sabiendo manejar estos "cacharros". Mi sobrina, con tan sólo un año, sabe -no se cómo- que basta arrastrar su dedito por la pantalla para ver sus fotos pasar y a qué botón dar para que se encienda la pantalla.
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